A través de una jornada de conversatorios, presentaciones y conferencias, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla convocó a expertos, activistas y colectivos buscadores para compartir sus experiencias en el andar continuo para encontrar a sus familiares. Esto enmarcado en un panorama legal y gubernamental álgido.

En un primer momento, se reunieron en las inmediaciones de la IBERO Puebla actores clave de la sociedad civil que han vivido en carne propia la desaparición y acompañan a otros en ese largo camino Guadalupe Pérez Rodríguez busca a su padre; Gilberto Barrón Cabrera, a su hijo; Omar Esparza Zárate, a su compañero de lucha; y María Luisa Núñez Barojas encontró a su hijo, sin vida.

Todos compartieron las historias de lucha, búsqueda y memoria que les ha traído la desaparición de sus seres queridos. Guadalupe Pérez es hijo de Tomás Pérez Francisco, desaparecido el 1 de mayo de 1990 entre las comunidades vecinas de Pantepec.

Para Guadalupe, su padre no es solo un desaparecido; a él le gusta recordarlo por su amor por la vida, el baile, las artes, los deportes, y su labor de defensa de los derechos de su comunidad. “La lucha por la vida tiene que ver con la defensa del territorio tierra, sino también del territorio cuerpo”. Esta enseñanza lo ha convertido en activista y buscador.

A Gerzahín Barrón González lo busca su papá, Gilberto Barrón, quien es vocero del colectivo Con Amor y Esperanza Hasta Encontrarles, que se concentra en el municipio de Huauchinango, donde la cifra oficial dice que hay 72 personas desaparecidas, pero el subregistro eleva la cifra a 150 casos.

“Ese dolor de no encontrar a tu familiar nos puede tirar, pero al momento en que nos tira también nos impulsa con la fuerza para decir basta, tenemos que seguir luchando’. Porque no es únicamente mi hijo, hay muchas más personas que necesitan de este trabajo”. Gilberto ve en la IBERO Puebla y en sus compañeros de panel una oportunidad para apoyarse y accionar.

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“La desaparición tiene una responsabilidad, que es totalmente del Estado mexicano”: Omar Esparza

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Omar Alfredo Esparza Zárate lleva 29 años trabajando con pueblos indígenas en el Movimiento Agrario Indígena Zapatista, y hasta hace 5 años lo hacía acompañado de Sergio Rivera Hernández, quien hoy está desaparecido. Sergio es padre de cinco hijos, y fue un actor clave para la defensa de los pueblos ante megaproyectos extractivistas y voraces en la sierra Negra de Puebla.

“Sergio para nosotros sigue vivo, pero falta la voz de todas y todos ustedes. No basta con los familiares ni los colectivos”. Omar reconoció que se enfrentan a entes legales y gubernamentales colonialistas, eurocéntricos y aniquiladores, que ven casos como el de su compañero como oportunidades para seguir saqueando el territorio que, por su ausencia, es complejo de defender.

María Luisa encontró a su hijo, Juan de Dios Núñez Barojas, cinco años después de su desaparición en Palmar de Bravo. Ella, como fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos, inició su lucha prácticamente sola, pero hoy entiende su causa como “una lucha de varias familias que sin querer nos encontramos en la búsqueda de nuestras y nuestros desaparecidos”.

La ley de búsqueda es deficiente

La Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Puebla es una de las herramientas que el Estado ha implementado para intentar saldar una deuda con las personas buscadoras, y que, según un análisis realizado por el IDHIE, es deficiente y opaca.

La Mtra. Rosario Arrambide González, directora del Instituto, expuso que apenas 5 de las 15 acciones implementadas en esta ley han sido cumplidas, y los mecanismos que lo acompañan son ineficaces. Se han quedado en el papel iniciativas como la realización de análisis de contexto que complemente las investigaciones, o la implementación de agentes de respuesta inmediata a casos de desaparición.

Igualmente, la Mtra. Jessica Utrera Capetillo profundizó en las grandes ausencias que el Estado tiene con las víctimas y sus familiares. Cuestiones fundamentales como la generación y acceso a una carpeta de investigación, o la oportunidad de tener una sentencia condenatoria si lo requiere el caso, no son una realidad para todos.

En el análisis se incluyó la perspectiva de quienes buscan a sus desaparecidos, y la gran mayoría de los encuestados (38%) afirman que esta ley no ha generado un cambio sustancial en sus casos, y solo algunos (10%) han logrado recibir ayuda por parte de las autoridades.

No existe un cumplimiento total de esta ley. Consideramos que las leyes son necesarias, pero muchas veces no son suficientes porque no se cumple con su implementación”, dijo la directora Rosario Arrambide, quien continua con una firme convicción de apoyar y acompañar a las familias de personas desaparecidas en Puebla.

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