● A través de su experiencia personal, la estudiante desarrolló un compañero de aventuras que ayudará a los más pequeños a ya no sentir miedo, sobre todo a la oscuridad.
Los miedos en edades tempranas suelen causar afectaciones en las infancias que los padecen y en quienes los rodean. Su atención temprana no solo tiene que ver con un cambio actitudinal a corto plazo, sino también para el futuro del desarrollo, pues en la adultez es posible que se presenten múltiples problemas relacionados con el desenvolvimiento y las relaciones sociales.
Hazel Ibarra Gayosso, estudiante de Diseño Estratégico de Información de la IBERO Puebla, vio que los problemas emocionales de las niñas y los niños no son enteramente atendidos socialmente; lo notó sobre todo en su infancia, cuando le tenía miedo a la oscuridad. Después de ver ese mismo miedo en su hermana menor, de 10 años, decidió darle un compañero que le ayudara a transitar del miedo a la valentía y seguridad.


Chuy, el chupacabras será el compañero de aventuras de las niñas y niños que necesiten sentir seguridad y compañía en los momentos de temor. ______________________________________________________________________________________

Así nació Chuy, el chupacabras, una amigable criatura morada que dará un abrazo cálido y seguro a todas esas pequeñas y pequeños que tengan miedo de enfrentarse a la oscuridad cuando sea momento de ir a la cama. Su diseño permite que Chuy se quede abrazado a ti el tiempo que sea sin ser complejo de llevar. Además, el peso integrado en sus manos que genera una agradable sensación de calma.
Chuy desafía la idea de que los monstruos son malos. En palabras de Hazel, ambos buscan “vencer los miedos con los miedos”, pues si bien las criaturas extrañas de historias de terror o leyendas urbanas son parte de los miedos infantiles, este chupacabras va a defender a las niñas y los niños en los momentos de miedo e incertidumbre.
Ese no es el único acompañamiento que Chuy puede dar: también ayuda a liberar las emociones y expresar aquellos pensamientos o dolores difíciles de decir. Su creadora, Hazel, afirma que este peluche ha sido probado durante acompañamientos terapéuticos o psicológicos en adolescentes, y ha brindado confort y confianza para poder abordar temas difíciles en las sesiones.
Así, este proyecto se une a la línea de construcción de la esperanza por la que apela la Universidad en cada uno de sus ambientes académicos y formativos, y que abona a una apuesta integral para la creación de un mundo mejor; en este caso, desde la raíz de la sociedad: las infancias.