Es fundamental ejercer el liderazgo educativo y el papel que los maestros desempeñan en la transformación de las personas a través de su acción diaria. Aunque todas las profesiones tienen su mérito, la profesión docente tiene una característica singular que ayuda a la transformación de las personas que están cerca de nosotros, enfatizó Francisco Rosillo Segura, Director de los Programas de Profesionalización Docente de la UPAEP

Subrayó que el liderazgo educativo implica que el docente esté atento a las circunstancias internas y externas, tanto de los alumnos como de los propios profesores, para poder acompañarlos en el desarrollo pleno de sus competencias. Es necesario que el profesor esté preparado no sólo en técnicas didácticas y procesos de evaluación, sino también en el desarrollo de las competencias que le permitan seguir contribuyendo al desarrollo de la persona.

En este sentido, el profesor actual debe estar centrado en cómo ayudar a procesos de autogestión y autorregulación que ayuden al estudiante a crecer. Para ello, es fundamental que el docente se prepare continuamente y ponga al servicio de sus estudiantes todo lo que ha aprendido, no sólo en términos técnicos, sino también en términos de liderazgo y vocación de servicio.

Además, el liderazgo propio del director es fundamental para promover la mejora del profesorado y el centro educativo en su conjunto. El director debe liderar y apoyar el crecimiento de los profesores para que, a su vez, la calidad educativa tenga un impacto en los estudiantes, de manera significativa, expuso Rosillo Segura.

Asimismo, invitó a los maestros a seguir preparándose no sólo para su propio beneficio, sino también para incidir directamente en el desarrollo integral de sus estudiantes y transformar la sociedad. La educación busca dotar a los estudiantes de experiencias significativas que les ayuden a conocer la realidad y transformarla paulatinamente.

Reiteró que el liderazgo educativo y la preparación continua son fundamentales para la transformación de las personas y la sociedad en su conjunto. Los maestros tienen una gran responsabilidad en este proceso y deben ejercer un liderazgo que pueda transformar el pensamiento y la calidad de vida de las personas.

Por su parte, María del Socorro Rodríguez Guardado, profesora de la Facultad de Educación de la UPAEP, destacó la importancia de la preparación y capacitación de los profesionales de la educación en los aspectos cognitivos, tecnológicos, motivacionales y afectivos. En un contexto en el que la sociedad demanda retos cada vez mayores, es fundamental que los docentes conozcan a sus estudiantes, sus estilos de aprendizaje, expectativas e intereses para poder promover interacciones que les permitan construir aprendizajes significativos con evidencias auténticas.

La autorregulación del estudiantado es un elemento clave para lograr la autonomía y autorreflexión necesarias en el siglo XXI. Rodríguez Guardado resaltó la importancia de que los docentes se capaciten en estos aspectos para poder planear, monitorear y regular sus prácticas docentes y así, dar ejemplo y promover la sinergia necesaria para que los estudiantes sean autónomos y autorregulados.

Señaló que, aunque los docentes llegan al aula con buenas intenciones, es necesario pasar de la intención a la previsión, a las estrategias y a la acción para lograr los objetivos propuestos. Por ello, invitó a todos los docentes a prepararse y capacitarse no solo en los elementos cognitivos y tecnológicos, sino también en los motivacionales y afectivos para lograr excelentes aprendizajes dentro del aula.

Dijo que la capacitación y preparación constante de los profesionales de la educación son elementos clave para lograr una educación de calidad que responda a las demandas de la sociedad actual.

Para Paulina Iturbide Fernández, catedrática de la Facultad de Educación de la UPAEP, la formación continua de los profesionales de la educación es esencial para poder brindar respuestas adecuadas a la sociedad actual, pero también es necesario llevar a cabo un proceso de reflexión y autorreflexión que permita identificar áreas de mejora y transformación en su práctica diaria.

En este sentido, la académica compartió el modelo utilizado por la UPAEP, que promueve la reflexión en seis dimensiones: personal, didáctica, interpersonal, valoral, social e institucional. A través de este modelo, se busca que los profesores, directivos y personal de apoyo reflexionen sobre aspectos como su vocación y su papel como docente, herramientas didácticas, relaciones interpersonales, transmisión de valores, impacto social y condiciones institucionales.

Iturbide Fernández subrayó que la reflexión y el análisis deben ser realizados tanto de manera individual como colectiva, y que es importante promover procesos de organización escolar que permitan un mejor funcionamiento de las instituciones y una formación socioformativa de calidad para los estudiantes.

Habló de la importancia de esta autocrítica y autorreflexión en el ámbito educativo y llamó a los profesionales de la educación a promover y fomentar este tipo de procesos para mejorar la calidad de la educación que se ofrece en el país.

Comentó que en el caso de la UPAEP, a través del departamento de Profesionalización Docente se ofrecen los siguientes posgrados para que los profesores continúen actualizándose en el campo educativo, las maestrías en Educación Matemática; Estudios históricos; Liderazgo y Gestión Educativa; Orientación y Desarrollo Familiar y maestría en Pedagogía, además de que pueden consultar en www.upaep.mx, toda la oferta educativa que ofrece la universidad.