
La violencia feminicida entendida como la violencia más extrema contra las mujeres sigue siendo un problema de seguridad pública y una violación a los derechos humanos. Así lo evidenció y remarcó el Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) de la IBERO Puebla en la presentación del informe La lucha por la justicia es una lucha por la vida.
Este documento de largo aliento expone la caracterización de los probables feminicidios registrados en Puebla por el OVSG del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ de la Universidad Jesuita. Los hallazgos hablan por sí solos: en promedio, cada 7 días se comete un feminicidio en la entidad. En el 2021 se registraron 59; en el 2022, 54; en el 2023, 51, en el 2024, 55; y del 1 de enero al 15 de septiembre, 25.
La Dra. Nathaly Rodríguez Sánchez, directora del IDHIE, enmarcó este informe en los 15 años de existencia del Instituto. Este órgano, académico y plural, surgió en 2005 a partir de “una preocupación que nos de que no deja de asistirnos en nuestro presente”: el incremento de la violencia hacia las mujeres.
En ese sentido, afirmó que este informe es parte fundamental de la identidad y misión de la IBERO Puebla y su órgano de derechos humanos: “Busca delinear la situación urgente en materia de violencia de género en el estado de Puebla, explicitando en ella las distintas situaciones de vulnerabilidad y violencia estructural e histórica que permiten que estas transgresiones se agraven para niñas, adolescentes, mujeres y personas LGBTTIQ+”.
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“Desde la academia situada, observamos para buscar opciones de transformación que empleamos en nuestras técnicas universitarias para reconocernos a fondo como comunidades”: Dra. Nathaly Rodríguez __________________________________________________________________________________________________
Este informe se basa en datos recopilados y analizados de fuentes hemerográficas sobre muertas violentas de mujeres en Puebla. El análisis del OVSG identifica las causas de género detrás de estos hechos violentos definidas en el artículo 338 del Código Penal del Estado de Puebla. Desde un enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, se describen los probables feminicidios.
La Mtra. Ana Gamboa Muñoz, académica responsable del OVSG, profundizó en lo que hay detrás de las cifras. Las razones de género que con más frecuencia sustentaron estos crímenes, revelan la existencia de una relación sentimental, afectiva o de confianza entre el agresor y la víctima; la presencia de lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes en el cuerpo de las mujeres; la incomunicación previa a la privación de la vida de la víctima (que incluye la desaparición antes de ser hallada asesinada); y la exposición o exhibición del cuerpo de la víctima en un espacio público.
Igualmente, se destacó que los meses con más probables feminicidios coinciden en marzo y mayo, en el marco del Día Internacional de la Mujer y el Día de las Madres. Esta coincidencia sugiere una relación con los estereotipos y roles de género en nuestra cultura, y apoya la teoría feminista de que los feminicidios pueden ser leídos como una forma de castigo a las mujeres que no cumplen con el rol femenino que la sociedad espera.
De 2021 a 2024, la mayoría de las mujeres asesinadas fueron halladas en barrancos, parajes, terrenos, lotes baldíos y carreteras. Sin embargo, esta tendencia cambió en 2025, cuando se registró un aumento de hallazgos en espacios privados. En promedio, en 28 diferentes municipios del estado de Puebla se hallaron las mujeres asesinadas; resalta la incidencia en Puebla, Atlixco, Tehuacán y Tecamachalco.
La información revelada muestra que los feminicidios íntimos se mantienen como la tendencia principal, pero los feminicidios familiares han aumentado. En particular, se observa un aumento en la relación de proximidad entre la víctima y el agresor: mientras que en 2021 se registró que 3 de cada 10 mujeres conocían a su agresor, de 2023 a 2025 esa cifra se ha elevado a 6 de cada 10.
Asimismo, las lesiones más comunes en los casos de feminicidio incluyen heridas por arma blanca, impactos de bala y golpes en distintas partes del cuerpo, reflejando la violencia extrema ejercida por los agresores. El informe, entonces, presenta datos que evidencian la persistencia de la violencia feminicida en nuestro estado.
El Mtro. Antonio Flores Flores fue el testimonio de los impactos psicosociales que dejan los feminicidios a su paso. Como amigo cercano de María Eugenia Ocampo Martínez, exalumna de la Maestría en Psicoterapia de la Universidad Jesuita y víctima de feminicidio el 22 de diciembre de 2022, relató el complejo camino que las familias y seres queridos de las víctimas, atraviesan en estos casos.
“Una persona que fue mi amiga, y sigue siendo mi amiga, […] fue arrancada de mi vida, de la peor manera en la que se puede hacer”, dijo el Mtro. Antonio Flores. Al mismo tiempo, compartió cómo fue para él vivir este proceso, donde tuvo que pasar años para alcanzar justicia: “Un feminicidio es un suceso desastroso”. Después de un proceso complejo, tardío y lleno de trabas, el sentimiento de ausencia está presente. Para que estas historias no se repitan más, afirma que “es necesaria una reeducación para hombres y mujeres”.
En este contexto, el OVSG hace un llamado a la Fiscalía General del Estado a mantener un diálogo constante entre agentes ministeriales, peritos y personal de las unidades de análisis y contexto, con el fin de implementar mecanismos de seguimiento más eficaces en las investigaciones sobre feminicidios para garantizar que ningún caso quede impune.
Asimismo, se solicita al gobierno estatal que refuerce y optimice los recursos disponibles para la investigación de los casos. Dada la alta incidencia de feminicidios, el Observatorio de la IBERO Puebla considera necesario aumentar el personal especializado y capacitado en la Fiscalía Especializada en Delitos de Género y Feminicidios.
Se insta a la Secretaría de Igualdad Sustantiva a reforzar la implementación de estrategias preventivas dirigidas a la población masculina, con el objetivo de desnormalizar la violencia en las relaciones de pareja, y a identificar los factores de riesgo en las mujeres que influyen en la naturalización de esta violencia.
La Mtra. Gamboa Muñoz aseguró que “la reducción sostenida de esta violación a los derechos humanos solo será posible mediante una coordinación integral entre autoridades, un enfoque sistémico del problema y una adecuada asignación de recursos para la prevención, atención e investigación de la violencia de género”.