Es necesario visibilizar las acciones vinculadas a las economías alternativas a través del trabajo interinstitucional: Diálogos por la economía social y solidaria.
Durante una sesión de los Diálogos por la economía social y solidaria de la IBERO Puebla, especialistas de diferentes partes de México compartieron algunos proyectos de economías alternativas que buscan convertirse en agentes disruptivos frente a los estragos del capital.
Ante la crisis civilizatoria en la que nos encontramos, ocasionada por el contexto económico, social, de salud, ambiental y político, caracterizado por una profunda desigualdad, es necesario crear vínculos que abonen a la solidaridad. Bajo esta premisa se creó la Red de Economía Social del Sistema Universitario Jesuita (ECOSUJ). Así lo dio a conocer una de sus integrantes, la Mtra. Ana Alcalde.
La especialista señaló que el ECOSUJ es un grupo constituido por instituciones confiadas a la Compañía de Jesús que promueve la suma de capacidades, recursos y habilidades para generar espacios que colaboren y visibilicen la economía social como una alternativa para dar respuestas a las necesidades complejas del contexto. Todo ello desde la perspectiva ignaciana que demanda el análisis de la realidad y una reflexión que se transforme en acciones.
En este sentido, Ana Alcalde mencionó que la intención de esta red es lograr la apertura de espacios de reflexión y de apoyo para trabajar en la generación de propuestas para transformar la sociedad mediante caminos alternos. Para lograrlo, la investigadora afirmó que fue necesaria la alianza entre universidades e instituciones del Sistema Universitario Jesuita, así como la identificación de actores estratégicos para impulsar proyectos de economía social.
Entre las acciones que realiza este movimiento social están la promoción de programas académicos; el impulso de proyectos de investigación y espacios de reflexión; el apoyo para construcción de respuestas ante las crisis; la búsqueda de opciones financiamiento, y la incidencia en políticas públicas.
Por su parte, el doctor en Gestión Avanzada de Organizaciones y Economía Social, Alberto Irezabal, habló sobre la creación de la Revista Iberoamericana de Economía Social y Solidaria, que tiene como propósito terminar con la premisa de que “las universidades son los custodios del conocimiento del planeta”.
Esta publicación periódica se presenta como una plataforma de comunicación-académica que nació desde las organizaciones de economía social y solidaria, así como de la red de universidades jesuitas que buscan impulsar alternativas para construir un mundo más justo, incluyente y sustentable.
De manera similar, la Escuela de Economía Social (ECOOS) representa un espacio de colaboración y articulación no solo entre universidades, sino entre áreas del conocimiento, donde el eje rector es el dialogo de saberes como una vía para erradicar la desigualdad.
Compartiendo esa misma ideología se creó la Red Comparte, una comunidad de aprendizaje-acción que tiene el propósito de trabajar por la construcción de una ciudadanía global que promueva la justicia socioambiental, el derecho universal a una educación de calidad, la defensa de las personas migrantes y la equidad de género.
“Junto a otras personas y organizaciones aspiramos a transformar las estructuras generadoras de exclusión a nivel local y global y a promover nuevas relaciones sociales y económicas”, precisó el Mtro. Javier Zubeldia, parte del equipo técnico de la Red Comparte.
Todos estos proyectos, inspirados en el quehacer de la Compañía de Jesús, demuestran que la vida sostenible es posible y, sobre todo, que la colaboración es fundamental para la construcción de sociedades justas y equitativas.