Participa en el Tercer Encuentro de Rectoras, con sede en la Universidad del Claustro de Sor Juana en la Ciudad de México
Las instituciones de educación superior (IES) enfrentan muchos retos, como la formación académica, la innovación, profesionalización docente y financiamiento; de entre éstos es necesario establecer prioridades y una de éstas es formar buenos ciudadanos. Para ello, hay que cuestionarse qué tipo de estudiantes estamos formando, aseveró la Rectora de la BUAP, María Lilia Cedillo Ramírez, al participar en el Tercer Encuentro de Rectoras “Igualdad. Caminos para la construcción de paz”, con sede en el auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en la Ciudad de México.
A este encuentro al que asistieron rectoras, directoras e investigadoras para fomentar el diálogo y la colaboración en torno a temas cruciales para la educación y la sociedad, la Rectora Cedillo Ramírez sostuvo que en este camino, además de trabajar en el ámbito de la prevención, las instituciones deben fomentar en su comunidad universitaria una cultura de paz, de equidad y de inclusión, bases para construir la paz y la vinculación comunitaria.
Durante su intervención en el panel “Vinculación comunitaria, diversidad y construcción de paz”, la doctora Cedillo Ramírez indicó que educar comunidades inclusivas implica aprender juntos en un mismo entorno, independientemente de sus características personales, socioeconómicas o culturales; así como recuperar valores y fomentarlos entre la comunidad estudiantil.
En cuanto a la vinculación comunitaria, la Rectora de la BUAP, doctora en Microbiología, con más de 40 años de trayectoria académica, señaló que ésta se construye desde diversos ámbitos, como la cultura, el deporte, la innovación, los espacios de oportunidades y el bienestar social. “Queremos que los jóvenes se vinculen con su comunidad, lo cual es una ventana de oportunidad para construir caminos de paz y de prevención”.
Más adelante, coincidió con Esther Giménez-Salinas, exrectora de la Universidad Ramon Llull, en España, en el sentido de que las medidas punitivas aplicadas a los universitarios que incurren en conductas inadecuadas no rinden frutos. Desde su experiencia es mejor escuchar con atención las necesidades y preocupaciones de los alumnos y proveerlos de atención psicológica y emocional, como ocurre en el caso de la BUAP que cuenta con una línea telefónica de atención emocional, la cual brinda este servicio los 365 días del año.
Además de proporcionar terapia a través del Centro de Apoyo Emocional y Terapia Ocupacional con Animales (CAETO), en el cual los coterapeutas caninos ayudan a mejorar la capacidad de empatía y autoestima de los jóvenes. “Hay que escuchar a los jóvenes, comprenderlos y brindarles ese apoyo que no reciben en casa”, afirmó la Rectora.
En este mismo panel participaron las doctoras Esther Giménez-Salinas i Colomer, defensora del Pueblo de Cataluña; Martha Patricia Castañeda Salgado, directora de Planeación, Vinculación y Proyectos Especiales de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM; y Gloria del Castillo Alemán, directora General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) México, quienes compartieron reflexiones sobre cómo las universidades pueden ser espacios de escucha, comprensión, creación e intercambio de conocimientos.