Especialistas en economías alternativas presentaron el libro Agroecología y organización social. Estudios críticos sobre prácticas y saberes, un proyecto colectivo que explora las posibilidades de romper con modos de vida jerárquicos, tanto a nivel social como en las mismas academias.
El proyecto, apoyado por el CONACYT, es un documento que busca consolidar un proceso de transición agroecológica de maíz criollo en Jalisco que pueda ser comercializado bajo los principios de la economía social. “Es interesante cómo un solo texto aglutina experiencias de distintos momentos”, valoró el Dr. Enrique Rosano Reyes, profesor de la Maestría en Gestión de Empresas de Economía Social de la IBERO Puebla.
La agroecología se define como un proceso social multiforme que contempla dimensiones éticas y políticas, mientras que la solidaridad económica es la relación que busca construir una economía liberadora de toda opresión. Ambos conceptos son reivindicados por las personas implicadas en el libro ante su tergiversación en tiempos recientes bajo lógicas academicistas y de mercado.
Para erradicar las hegemonías, Agroecología y organización social incluye elementos narrativos por parte de los campesinosy los complementa desde lógicas de educación comunitaria, perspectiva de género y análisis sobre los impactos nocivos de la actividad agrícola en la región. “El libro no se queda en crítica. Tiene propuestas que ya se están aplicando”.
El compilado también aporta reflexiones sobre la forma en que se investigan los asuntos sociales. Su carga de pensamiento crítico, aseguró Rosano Reyes, da voz a grupos interesados en transformar la realidad y crea enlaces con personas que resisten a las presiones de su entorno.
Hacia el final del libro se incluye un marco teórico que permite comprender los fenómenos de política, economía y gobierno comunitarios. “El libro quiere ser circular para abrir nuevas lecturas”, compartió el Dr. Eduardo Aguilar Hernández, coordinador del libro y académico de la Universidad de Monterrey.
El proyecto estuvo inspirado en múltiples sesiones de trabajo académico y de campo, en las que se analizaron prácticas como el programa Sembrando Vida. Las conclusiones de aquellos espacios encontraron lecturas encontradas: algunas voces identifican la economía solidaria como una práctica disruptiva; otras, la aprecian como una propuesta económica basada en la sobrevivencia.
Para el Dr. Gustavo Moura de Oliveira, investigador de la UNAM, el sistema de gobierno Estado-nación no es compatible con los sistemas de economía social. Desde su perspectiva, “hay que encontrar, desde la práctica, las otras formas de reproducir lo político”. América Latina, aseguró, brinda múltiples ejemplos y lecciones sobre cómo erradicar los sistemas tradicionales.
Moura de Oliveira fue crítico frente a las prácticas occidentales de política ciudadana, la organización jerárquica y la centralización de los recursos, lógicas que privan a la ciudadanía de la capacidad de incidir en la toma de decisiones y la limitan a los ciclos electorales. “Tenemos un Estado que no alcanza a organizar la vida de la población que no garantiza el bien vivir”.
Las experiencias de los pueblos afrodescendientes e indígenas cambian las formas de comprender lo político. El especialista indicó que estas comunidades han logrado organizar la vida bajo características distintas a las de Occidente. Aunque dichos sistemas, aclaró, no están libres de contradicciones.
El libro refleja las tensiones presentes en proyectos prácticos y académicos, así como las dificultades que supone teorizar en torno a economías alternativas. “Lo recomiendo para que sigamos discutiendo entre nosotros sobre hacia dónde vamos y qué queremos”, aseguró la Dra. Laura Collin Harguindeguy, investigadora del Colegio de Tlaxcala. El fin último es rescatar la posibilidad de nuevos mundos.
Los panelistas reflexionaron sobre la importancia de erradicar las dinámicas jerárquicas no solo entre investigadores e investigados, sino entre las propias prácticas académicas. Desde su perspectiva, existen tendencias a replicar entre comunidades intelectuales los mismos fenómenos que se denuncian, como son los sesgos por razón de género y corriente epistemológica.