● Diversas universidades de la región Centro-Sur del país se dieron cita para dialogar y reflexionar alternativas que aporten al desarrollo ambiental en espacios universitarios.

La crisis ambiental es una problemática que afecta de manera progresiva al mundo y las personas que lo habitan. El aire, el agua, la biodiversidad y los recursos se degradan al punto de dejar cientos de especies en peligro de extinción —en México ya existen 535 especies en riesgo—, y tener niveles insostenibles de pérdida de ecosistemas como los bosques: anualmente se pierden 4.6 millones de hectáreas.

Organizaciones internacionales como la ONU remarcan que el papel del Estado y las instituciones es fundamental para combatir los efectos de esta crisis y generar consciencia sobre la misma. Es por ello que las universidades tienen una responsabilidad con la educación ambiental, y la generación de alternativas sustentables y ecológicas que aporten a un horizonte ambiental más sano.

Y6yConscientes de lo anterior, la Red de Sustentabilidad Ambiental (Red SA) de la Red ANUIES, Región Centro-Sur, tuvo su XXIII sesión ordinaria en la IBERO Puebla, en la que se discutió un mecanismo eficaz y necesario para las universidades: las certificaciones ambientales.La Dra. Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la Casa de Estudios anfitriona, dio la bienvenida a la sesión comentando la especial encomienda de la IBERO Puebla como Universidad confiada a la Compañía de Jesús en el cuidado de la casa común. __________________________________________________________________________________________________“La sustentabilidad está asociada íntimamente al cuidado de la casa común, que es una preferencia apostólica universal que marca el horizonte, pero también el punto de referencia para todas las obras jesuitas”: Dra. Valentina Campos__________________________________________________________________________________________________La directora del IIMA compartió que todas y todos están comprometidos a actuar tal como lo dictan las preferencias apostólicas, al plantear que se debe “colaborar con otros en la construcción de modelos alternativos de vida, que se basen en el respeto por la creación y en un desarrollo sostenible, capaz de producir bienes, que, siendo distribuidos de manera justa, garanticen una vida decente para todos los seres humanos de nuestro planeta”.“Nos sentimos muy acompañados en el objetivo de esta red de instituciones de educación superior, que busca fortalecer la dimensión ambiental de la sustentabilidad en sus funciones a través de mecanismos de colaboración para incorporar la dimensión ambiental en todas las funciones institucionales”, expresó la Dra. Campos Cabral. Destacó el compromiso de la Universidad reflejado en su posicionamiento positivo en el ranking de UI GreenMetric por cinco años consecutivos.Así, el Mtro. Diego Ariel Riva, coordinador de la RedSA y de Gestión Ambiental y Responsabilidad Social de la BUAP, presentó el informe anual de resultados de este órgano interinstitucional, que demostró el largo camino que aún queda para alcanzar la sustentabilidad en los espacios universitarios. “Podemos estar haciendo mucho, pero si no lo monitoreamos y no le damos seguimiento, no vamos a mejorar”, dijo el Mtro. Ariel Riva, que expuso que, si bien las instituciones de educación superior sí tienen estrategias para manejar la calidad ambiental, la práctica y el seguimiento de las mismas, falla en las evaluaciones. Según dicho informe, las universidades de la Red destacaron en su gestión de fuentes energéticas, y en programas educativos, de capacitación y de desarrollo, lo que “nos muestra que la mayor parte de las universidades tenemos un sistema de manejo ambiental y tenemos el interés por poder trabajar en este tema. Sin embargo, […] al momento de ver el compromiso ya empieza a bajar”, lo que es un llamado a los directivos y autoridades universitarias a impulsar estas iniciativas.