Con 616 obras registradas, una tradición artística de más de 20 años y una comunidad viva que nutre el gremio artístico poblano, la Bienal IBERO Puebla. Arte Contemporáneo 2025 celebra su decimoquinta edición, con una renovación de adentro hacia afuera, y un impulso para que las y los artistas del estado sigan manteniendo vivo el arte poblano.

Esta plataforma artística, llena de alma, corazón y espíritu ignaciano, llegó al presente después de una serie de múltiples obras, performances y otras expresiones artísticas que, desde aquella noche de 1997, sigue convocando a las y los artistas poblanos a expandir sus horizontes creativos para desatar diálogos y reflexiones en torno a las realidades que atraviesan a la población.

El Dr. Alejandro Guevara Sanginés, Rector de la IBERO Puebla, afirmó que la Bienal es parte de una tarea insoslayable de la Universidad Jesuita, pues “el arte es imprescindible para la construcción de alternativas esperanzadoras”. Por ello, la expresión artística es aliada y motor de comprensión “en nuestro mundo y en nuestra realidad, desde miradas distintas a las habituales”.

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“Si nuestra misión universitaria nos llama a construir una sociedad más justa y humanamente solidaria, qué mejor que el arte como un dispositivo clave para provocar, desde la estética, un movimiento interior”: Dr. Alejandro Guevara
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Bajo el lema de esta edición, Hablar desde las cosas, el Dr. Guevara Sanginés enmarcó este importante evento en la Campaña Universitaria, Construimos esperanza, que afirmó “nos invita a aprovechar nuestros espacios y plataformas como instrumento de transformación de la realidad”.

A esta convicción se sumó la Mtra. Aurora Berlanga Álvarez, directora general de Vinculación, quien recordó aquella primera edición en la recepción de la Biblioteca Pedro Arrupe, SJ —donde siempre ha tenido lugar— en el que el artista César Martínez Silva impresionó al público presente con un performance de arte comestible.

Desde hace 15 años hasta hoy, “la IBERO Puebla asumió el compromiso de ser una institución de vanguardia y contar con todo lo posible para abrir otras expectativas para los jóvenes creadores y apostar por un certamen que permitiera que presentaran sus propuestas para ser valoradas, evaluadas, expuestas y registradas”, compartió la Mtra. Berlanga Álvarez.

La Mtra. Cecilia Macías Ramírez de Arellano, coordinadora de Difusión Cultural de la Universidad, dio un salto al presente para atestiguar el resultado de la gran convocatoria y tradición de este certamen, donde al menos 516 artistas participaron para contribuir a la lectura de la realidad desde sus propios conceptos.

“Este 2025 celebramos 28 años de realización ininterrumpida de la Bienal; 15 edición, número que para algunos significa la seducción, la transformación creativa, la alquimia emocional; lo que coincide con el ánimo de quienes la organizamos: era inaplazable reinventarla”, explicó. Al mismo tiempo, felicitó a las personas autoras de las 45 obras seleccionadas por el jurado para participar, conformadas por 5 obras fotográficas, 22 pinturas, 5 de arte textil, y 12 obras realizadas en medios mixtos.
César Martínez, con la picardía que lo caracteriza a él y su obra, celebró el espacio que también lo vio crecer y lo acompañó en múltiples ocasiones dentro de sus 40 años de trayectoria artística. “Es un honor para mí estar aquí hoy y poder compartir con ustedes la apertura de esta bienal de artes plásticas. Es un evento que ha sido un faro de creatividad e innovación en nuestro país desde hace muchos años”.

La artista Daniela Bojórquez Vértiz celebró también, con un poco de nostalgia, la realización de esta Bienal, pues “hace 14 años tuve el honor de recibir el primer premio de adquisición de la entonces llamada VIII Bienal de Artes Visuales Puebla de Los Ángeles, y hoy he tenido el gran honor de participar como jurado en esta emisión”.

La jueza explicó los criterios con los que se calificó cada obra: inclusión de género, atención y reflexión de cada artista con el medio con el que trabajó, el retrato generacional, la calidad técnica, la manufactura final y, sobre todo, el discurso insertado en problemáticas del presente.

Así, las tres obras ganadoras fueron: en tercer lugar, José Antonio Barrientos González con su obra Naturaleza muerta con higos y ‘poppers’ (de la serie Formas indetectables), con la técnica de fotografía; el segundo lugar lo obtuvo Diana Martínez Jiménez, con su obra Escucho el llanto del pájaro herido, con técnica de medios mixtos. El primer lugar, acreedor a $50,000, fue para Franco Ulises Mendieta Gutiérrez, con la pintura titulada El señor conserje.