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Ante el incremento sostenido de las temperaturas, incluso durante días lluviosos y previo al ingreso oficial de la canícula, María Elena González Mercado, coordinadora del Hospital Veterinario de la UPAEP, exhortó a la ciudadanía a tomar medidas preventivas para proteger la salud y el bienestar de sus mascotas, especialmente perros y gatos.

La especialista explicó que los animales domésticos tienen una temperatura corporal más elevada que los humanos, por lo que son más susceptibles al sobrecalentamiento. Además, su capacidad para sudar es limitada: “sólo lo hacen a través de la nariz y las almohadillas plantares”, señaló.

Una de las formas en que eliminan el exceso de calor es el jadeo. “Si notamos que jadean en exceso, debemos actuar rápido: mantenerlos en un lugar fresco, bien ventilado y alejados del sol”, recalcó.

También subrayó la importancia de proporcionar agua limpia, fresca y fría durante todo el día, incluyendo las noches, ya que las temperaturas elevadas también se mantienen durante ese periodo. “No debemos esperar a ver signos de deshidratación para reaccionar”, enfatizó.

González Mercado recomendó evitar los paseos en horas de mayor radiación solar —entre las 11:00 y 16:00 horas— ya que el pavimento puede alcanzar temperaturas que provocan quemaduras en las almohadillas de los animales. “Lo ideal es sacarlos a caminar muy temprano o al caer la tarde, cuando el piso ya está templado”, sugirió.

Uno de los riesgos más graves durante esta temporada es el golpe de calor, que puede presentarse en cuestión de minutos. “Los signos pueden incluir tambaleo, jadeo extremo, desmayos, vómito, orina, defecación involuntaria y, en casos extremos, la muerte”, explicó.

Para prevenirlo, recomendó mantener a los animales en lugares frescos, evitar su exposición al sol directo y, en caso de que presenten síntomas, mojarles el cuerpo con agua a temperatura ambiente (nunca fría) y llevarlos de inmediato con un médico veterinario.

Las razas de hocico corto como pug, bulldog o shih tzu son particularmente vulnerables al golpe de calor debido a problemas respiratorios que les dificultan termorregularse.

Aunque pudiera pensarse que la parasitosis está relacionada únicamente con la lluvia, la maestra explicó que tanto el calor como la humedad favorecen la proliferación de parásitos externos como pulgas y garrapatas. “Hace unos años en Puebla no teníamos tantos casos de garrapatas, pero ahora con las condiciones ambientales que tenemos, han aumentado considerablemente”, indicó.